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Ecología del alma en Radio Nacional

Beatriz

Primero fue la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente la que apostó por una comunicación que sacase del armario las causas espirituales de la crisis ecológica, en una revista que se convirtió en pionera, precisamente por sacar del armario al espíritu, encerrado en una cultura materialista feroz que niega lo sutil, lo intangible, lo divino operando más allá de nuestro entendimiento.

AgendaViva, la revista de ciencia y medioambiente de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente que obtuvo, gracias a su rigor y belleza el reconocimiento de las principales ONG´s medioambientales -estaba en la cabecera de muchos directores generales- y cosechó varios premios nacionales escribiendo artículos que cerraban siempre con un párrafo sobre el espíritu. Algo inusitado para una revista financiada desde las instituciones: “…. ante la lectura continuada de ese torrente infinito de la ingeniería de la vida, se despierte en el hombre moderno la mirada que poseía el hombre primordial y aún poseen ciertos pueblos, que dotaba de transparencia metafísica a las formas y a las realidades naturales; contemplación que les convertía en hombres pontífices, puente entre las realidades espirituales y materiales, hijos del Cielo y guardianes amantes de la Tierra.”

Por este reportaje, Biomímesis, la Fundación Doñana otorgó, a la que escribe, el premio Nacional de Periodismo Medioambiental. El espíritu ya podía ser nombrado en ambientes acostumbrados a leer la naturaleza solo en clave científica, los de la ecología, y nosotros ofrecimos una mirada simbólica. Buscábamos ofrecer una ecología más profunda, una geosofía, como la que inaugurase Félix Roríguez de la Fuente con frases como esta: “El hombre no es un ovni venido de una lejana galaxia; El hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo y el rugido del león”.

Una revista que duró ocho años y que contó con la complicidad de ministerios y organismos públicos que la financiaron, pues el nombre de Félix abre puertas a la par que los corazones, lo que le permitió ser gratuita y llegar a todos los ayuntamientos de España, a colegios, universidades, recogiendo el testigo, junto con otros proyectos, de un hombre que transformó en 15 años la mentalidad de todo un país, a través de los medios de comunicación y de una poderosa palabra que nacía del centro mismo de su ser. Odile, su hija, dio el paso, que ya su padre esbozara, cuando hablaba  del ente de la cultura viviente y la eternidad y nos permitió  hablar con claridad de la dimensión espiritual de la crisis contemporánea, en aquel entonces a Dionisio Romero como Co-Director junto a Odile y yo como Redactora Jefe y coordinadora de todo el proyecto.

Confió en una perfecta desconocida para coordinar la voz de una Fundación que quiso continuar ahondando en las relaciones entre el hombre y la tierra, en un cambio que naciera del despertar. Del asombro ante el misterioso tejido de la vida, de esa esencia profunda e inmutable de lo que es, como decía ella en algunas de sus editoriales.

Cuando Agenda Viva cerró pues los políticos cuando juegan con las sillas giratorias de los Congresos tienen a bien desechar todos las decisiones anteriores tomados por sus opositores, aunque sea una ley de educación, que ha vuelto más ignorantes a nuestras generaciones de niños y jóvenes, y decidieron que la naturaleza no era un tema esencial en una crisis económica, que es el Dios al que adoran. Olvidando que el dinero no se come, y que si no concienciábamos de que el campo se está despoblando por políticas económicas suicidas, venidas de una Europa enajenada, que nos roban la soberanía alimentaria, base de la pirámide de cualquier Pueblo.

Y olvidando que si no alentamos desde los medios, que son los que conforman la conciencia, con prosa apasionada, que la naturaleza es el único refugio para que el hombre medre en su auténtica naturaleza interior y que hay que volver a coser la vida con los atardeceres y las madrugadas, contando experiencias ejemplares como hacíamos desde la revista y al Fundación para dar ejemplos de que es posible volver a una Tierra que nos necesita, el hombre de a pie olvidará profundamente su origen y destino: su auténtica Naturaleza.

Si no contámos todo eso los que hacemos de la palabra alquimia para los corazones, pues creemos profundamente en el libro sagrado de la naturaleza. ¿Quién va a ayudar a crear faros en la niebla que dirigen por buen camino a una cultura enferma? Pero al poder le interesa la enfermedad anímica de sus ciudadanos, en jaulas de hormigón. En cubículos de colmena los ciudadanos están más sometidos que los rurales, que han sido siempre el fermento de las revoluciones, pues su gallardía la maman de los cielos abiertos por donde nomadean, de los torrentes asalvajados, de los calores extremos, de las perpetuas nieblas de la otoñada que mientras pinta en dorados sus ojos iluminados por el libro más bello, se construyen internamente con otra sustancia, la enseñanza profunda y numinosa del discurrir cíclico de las estrellas. En las ciudades no se ve la estrella polar y todo el mundo anda perdido.

Después fue Ecocentro quien recogió el testigo de este proyecto de salir del laberinto por arriba, de la mano del espíritu y apostó por una televisión lenta, donde las entrevistas, son de casi una hora, algo inadecuado para internet, que quiere devorar información como se devora la comida basura en los Mac Donalds.

Y gracias a su apuesta nos permiten desmenuzar las causas de la crisis sistémica y aportar visiones, que son las que articulan la realidad, la que permiten que se materialice en una dirección u otra, pues somos co-creadores de nuestro destino, con la humildad como principio fundante, pues co-creamos cuando dejamos el hueco a la Gracia, pues frente a ese determinismo feroz de los astros, que nos llevan por unos railes, de los que parece que es imposible  salir, el espíritu es el que nos permite salir por arriba. Ir más allá de las contingencias del espacio, aunque sea sideral y más allá del tiempo, con todas sus historias, incluida esta del kali Yuga, que según las tradiciones hindúes está escribiendo el guión de esta crisis mundial, que tiene visos de acabar en tragedia global.

El Espíritu, dicen los sabios, yo sólo repito sus axiomas-llave nos permite liberarnos por la Verdad de lo que tenemos entre las manos de nuestro corazón-intelecto (órgano capaz de aprehender las verdades espirituales directamente, sin que medie la razón discursiva, comprender el mundo, pues somos todo el mundo en una brizna de hierba).

Ahora Radio Nacional REE me permite hablar de ese amor a la ecología, a la ciencia de la casa común, pero desde la profundidad que encierra el ecosistema del alma humana. Será en el programa Artesfera y gracias a Lola Martinez, que me escuchó hablar con pasión sobre los enemigos de la Natura y se le despertó la propia, la de  la aventura del conocer otras miradas, otros paradigmas y darles Voz.

En agradecimiento a Odile Rodríguez de la Fuente, que apostó por mi pluma para contar historias de amor a la Naturaleza, me estreno con una entrevista a su persona y el legado de su padre que aún arde con pasión en muchos corazones. Y la convoco como madrina de esta nueva aventura de hacer de la palabra alquimia para los corazones, tan sedientos de un cambio de paradigma, de mirada, de una ecología del alma. Pues es de bien nacidos ser agradecidos.

Y en agradecimiento a Ángel Rojas, que apuesta por una tele imposible, sin anuncios, sin ayudas, mantenida a pulso, permitiéndome entrevistar a radicales que cuestionan todo el sistema de arriba abajo, y que es difícil que puedan salir en los medios convencionales, me presento en la radio como directora de EcocentroTV, para unir todo lo que como comunicadora me ha construido.

Gracias a la vida que nos da tanto.

Este es el audio del primer programa:

http://www.rtve.es/alacarta/audios/artesfera/artesfera-ecologia-del-alma-odile-rodriguez-fuente-19-09-16/3726870/

Beatriz Calvo Villoria

Directora de EcocentroTV