Kali-yuga

Beatriz

Hace más de cinco mil años uno de los primeros libros religiosos de la India: el Vishnu-purâna predecía con exactitud asombrosa nuestra era, que ellos llamaban Kali-Yuga, la edad sombría donde un progresivo deterioro del dharma (‘deber religioso’) somete a la humanidad a la esclavitud de la materia.

“Razas de esclavos serán los señores del mundo. Los jefes serán de naturaleza violenta. Los jefes, en lugar de proteger a sus súbditos, los explotarán. Sólo los bienes conferirán rango. El único vínculo entre los sexos será el placer. La tierra ya no será apreciada más que por sus riquezas minerales. El tipo de vida será uniforme en el seno de una promiscuidad general. Quien distribuya más dinero dominará a los hombres. Cualquier hombre se imaginará ser igual a un brahman (autoridad espiritual). La gente experimentará terror a la muerte, y la pobreza les espantará. Las mujeres serán simplemente un objeto de satisfacción sexual”.

Vishnu-purâna

La doctrina de los ciclos cósmicos es contraria a la concepción moderna y occidental del tiempo histórico que es progresista, evolutiva y lineal. La concepción tradicional, como la hindú, considera, en cambio, que el tiempo histórico es cíclico y que se encuentra sujeto a un inevitable decaimiento cualitativo a medida que se va desarrollando.

Así que, el paraíso que anhelan en este plano los marxistas, una posible sociedad perfecta, una edad de oro que finalmente acaecerá en el futuro, si luchamos por ella, está realmente en el pasado, en los inicios de la humanidad, el único Paraíso es el que perdimos en el camino de los tiempos y del que dan buena cuenta todas las tradiciones antiguas del planeta.

La forma mítica que recubren estas historias del Paraíso no son fantasías humanas, sino verdades metafísicas y simbólicas que se visten de alegorías personificadas para trasmitir la sabiduría a través del tiempo.

Los hombres de la Edad de Oro no eran primitivos sino primordiales, vivían en el “estado adánico” y eran más sabios que nosotros, que como descendientes hemos descendido en inteligencia, virtud y voluntad. ¿Cómo si no pudieron predecir con más de 5.000 años de anticipación nuestra decadencia, con una precisión tan pasmosa?

Así que Kali Yuga, la edad sombría, donde reina la hipocresía y el conflicto, ha sucedido inevitablemente a la anterior, la edad de bronce, y ésta a la de plata, y ésta a la de oro, en ese infinito devenir de los ciclos, que como una espiral va pariendo a su sucesor, y, en este caso, por ser el último ciclo parirá una nueva Edad Dorada, otro “grado de la Existencia universal”, que en esta doctrina recibe el nombre de Satya Yuga, en la cual “reina la Verdad y se mantiene firme la Justicia, y ningún beneficio reporta la iniquidad a los hombres”.

Es el fin de un mundo. La anomalía cósmica en la que se ha convertido occidente perecerá y en el intervalo tendrá lugar  la “renovación del mundo” mencionada en el Purâna.

Dice la Tradición que ante tanta dificultad y oscuridad que Kali despliega,  existe una especie de compensación cósmica: todo aquel que nade contracorriente de la disolución que esta era propicia a cada vez más altas velocidades, en busca de la Verdad, de la Realidad, obtendrá frutos espirituales que en otras eras serían imposibles de alcanzar.

“¡Excelente, excelente el Kali-Yuga! Lo que en la Edad de Plata  o la de Bronce costaba largo tiempo y penosos esfuerzos, en el Kali-Yuga se realiza en un día y una noche.” (Vishnu Purana)

“Algunos alcanzaran la sabiduría en poco tiempo porque los méritos adquiridos en un año durante el Trétä Yugä pueden ser obtenidos en un día en la edad de Kali “. (Shiva Purana 5.1., 40-40)

“La edad de Kali, a pesar de ser un abismo de vicios, posee una ventaja única y preciosa: es suficiente con celebrar las alabanzas a Krishna para que, desembarazado de todas las ataduras, uno quede unido al Ser supremo” (Bhâgavata-purâna, L. XII, cap III 52)

“Bienaventurados los hijos del Kali Yuga; como a ellos nada se les ha dado, nada les será exigido” (De un texto tántrico)

“Al final del Kali Yuga el dios Shiva se manifestará para restablecer la vía justa bajo una forma secreta y escondida”. (Linga Purana 1.40.12)

Así que aconsejados por nuestros sabios antepasados cuyo ojo del Corazón veía el futuro con precisión meridiana convirtamos nuestras vidas en un nadar contracorriente, determinado y vivificante, como salmones buscando el origen del Río, el darnos de nuevo a la luz en un nacimiento primordial.

Beatriz Calvo Villoria