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Siete prácticas espirituales.

Beatriz
  • Reconocer el sufrimiento: La falta de sentido y conexión en la vida de las
    personas es la causa de nuestra adicción al consumismo. Es vital que
    reconozcamos que todos sufrimos. Y la forma de superar ese dolor es
    enfrentarse directamente a él, en lugar de tratar de ocultarlo o evitarlo a
    través de nuestra obsesión por las compras, el entretenimiento, el trabajo o
    el embellecimiento de nuestros cuerpos. El ansia de fama, riqueza, poder y
    sexo sirve para crear sólo la ilusión de felicidad y termina por exacerbar
    los sentimientos de desconexión y vacío.
  • Ir más allá del concepto de “medio ambiente”: Debemos ir más allá de hablar
    del medio ambiente, ya que esto lleva a las personas a experimentar a sí
    mismas y a la Tierra como dos entidades separadas y a ver el planeta sólo en
    términos de lo que puede hacer por ellas. El cambio sólo es posible si se
    reconoce que la gente y el planeta son en última instancia uno y el mismo.
    Llevas a la Madre Tierra dentro de ti; ella no está fuera de ti. La Madre
    Tierra no es sólo tu entorno. En esa percepción del inter-ser, es posible
    tener una comunicación real con la Tierra, que es la forma más elevada de
    oración. En ese tipo de relación tienes suficiente amor, fuerza y despertar
    para cambiar tu vida. Cambiar no es sólo cambiar las cosas fuera de
    nosotros. En primer lugar necesitamos una visión correcta que trascienda
    todas las nociones, incluyendo las de ser y no ser, creador y criatura,
    mente y espíritu. Ese tipo de visión es crucial para la transformación y la
    curación. El miedo, la separación, el odio y la ira provienen de la visión
    equivocada de que tú y la Tierra son dos entidades separadas, que la Tierra
    es sólo el medio ambiente. Estás en el centro y quieres hacer algo por la
    Tierra para sobrevivir. Esa es una forma dualista de ver las cosas. Así que
    respirar y ser consciente de nuestro cuerpo y mirar profundamente en él y
    darnos cuenta de que somos la Tierra y nuestra conciencia es también la
    conciencia de la Tierra. No cortar el árbol, no contaminar el agua, eso no
    es suficiente”.
  • Poner un valor económico en la naturaleza no es suficiente: La moda actual
    en los círculos económicos y empresariales de que la mejor manera de
    proteger el planeta es dando un valor económico a la naturaleza es como
    poner una tirita en una herida abierta. Necesitamos un verdadero despertar
    para cambiar nuestra forma de pensar y ver las cosas. En lugar de ponerle
    precio a nuestros bosques y arrecifes de coral, el cambio sólo se producirá
    a un nivel fundamental si volvemos a enamorarnos del planeta. La Tierra no
    puede ser descrita ni por la noción de materia ni por la de mente, que son
    sólo ideas, dos caras de la misma realidad. Ese pino no es sólo materia ya
    que posee un sentido de conocimiento. Una partícula de polvo no es sólo
    materia ya que cada uno de sus átomos tiene inteligencia y es una realidad
    viviente. Cuando reconocemos las virtudes, el talento, la belleza de la
    Madre Tierra, algo nace en nosotros, algún tipo de conexión, nace el amor.
    Queremos estar conectados. Ese es el significado del amor, estar en uno.
    Cuando amas a alguien quieres decir te necesito, me refugio en ti. Haces
    cualquier cosa por el beneficio de la Tierra y la Tierra hará cualquier cosa
    por tu bienestar. Es posible hacer dinero de una manera que no sea
    destructiva, que promueva más justicia social y más comprensión y que
    disminuya el sufrimiento que existe a nuestro alrededor. Mirando
    profundamente, vemos que es posible trabajar en el mundo corporativo de una
    manera que traiga mucha felicidad tanto a otras personas como a nosotros…
    nuestro trabajo tiene un significado. La conexión perdida con el ritmo
    natural de la Tierra está detrás de muchas enfermedades modernas. Y de
    manera similar a nuestro patrón psicológico de culpar a nuestra madre y
    padre por nuestra infelicidad, hay una dinámica inconsciente aún más oculta
    de culpar a la Madre Tierra.
  • Cómo la atención plena puede reconectar a la gente con la Madre Tierra: La
    atención plena (mindfulness) puede ayudar a la gente a reconectarse,
    disminuyendo la velocidad y apreciando todos los regalos que la tierra puede
    ofrecer. Muchas personas sufren profundamente y no saben que sufren Tratan
    de cubrir el sufrimiento estando ocupados. Mucha gente se enferma hoy en día
    porque se alejan de la Madre Tierra. La práctica de la atención nos ayuda a
    tocar a la Madre Tierra dentro del cuerpo y esta práctica puede ayudar a
    curar a la gente. Así que la curación de la gente debería ir junto con la
    curación de la Tierra y esta es la visión y es posible que cualquiera la
    practique. Este tipo de iluminación es muy crucial para un despertar
    colectivo. La meditación es un acto de despertar para tomar consciencia de
    que la Tierra y las especies vivas están en peligro. Sirva el ejemplo de
    algo tan simple y ordinario como beber una taza de té: cuando estoy atento,
    disfruto más del té: estoy totalmente presente en el aquí y ahora, no me
    dejo llevar por mi dolor, mi miedo, mis proyectos, el pasado y el futuro;
    estoy aquí disponible para la vida… No se necesita mucho poder o fama o
    dinero para ser feliz. La atención puede ayudarte a ser feliz en el aquí y
    ahora. Cada momento puede ser un momento feliz. Da ejemplo y ayuda a la
    gente a hacer lo mismo. Tómate unos minutos para experimentar y ver la
    verdad.
  • Necesidad de lidiar con la propia ira para ser un activista social
    efectivo:Es muy importante abordar la injusticia social. Sin embargo, para
    que los activistas sociales y ambientales sean efectivos, primero deben
    lidiar con su propia ira. Sólo si la gente descubre la compasión por sí
    misma podrá enfrentarse a aquellos a los que responsabiliza de contaminar
    nuestros mares y talar nuestros bosques. Hay que tomar en consciencia en
    términos de acción colectiva: a veces algo malo sucede en el mundo y
    pensamos que son los demás los que lo hacen y nosotros no; pero eres parte
    del mal por la forma en que vives tu vida. Si eres capaz de entender que no
    sólo tú sufres, sino que la otra persona también sufre, eso es también una
    percepción. Cuando veas a la otra persona sufrir no querrás castigar o
    culpar, sino ayudar a esa persona a sufrir menos. Si estás agobiado por la
    ira, el miedo, la ignorancia y sufres demasiado, no puedes ayudar a otra
    persona. Si sufres menos, eres más ligero, más sonriente, más agradable y
    estás en posición de ayudar a la persona. Los activistas deben tener una
    práctica espiritual para ayudarles a sufrir menos, a nutrir la felicidad y a
    manejar el sufrimiento para que sean eficaces en ayudar al mundo. Con la ira
    y la frustración no se puede hacer mucho.
  • Tocando la “última dimensión”:Es crucial comprender que, si bien
    necesitamos vivir y operar en un mundo dualista, nuestra paz y felicidad
    radican en el reconocimiento de la dimensión última: si somos capaces de
    tocar profundamente la dimensión histórica -a través de una hoja, una flor,
    un guijarro, un rayo de luz, una montaña, un río, un pájaro, o nuestro
    propio cuerpo – tocamos al mismo tiempo la dimensión última. La dimensión
    última no puede ser descrita como personal o impersonal, material o
    espiritual, objeto o sujeto de cognición: sólo decimos que siempre está
    brillando, y brillando en sí misma. Tocando la dimensión última, nos
    sentimos felices y cómodos, como los pájaros disfrutando del cielo azul, o
    los ciervos disfrutando de los campos verdes. Sabemos que no tenemos que
    buscar lo último fuera de nosotros mismos, ya que está disponible dentro de
    nosotros, en este mismo momento. Cuando la necesidad de sobrevivir es
    reemplazada por la codicia y el orgullo, se genera violencia; y la violencia
    siempre trae una devastación innecesaria. Hemos aprendido la lección de que
    cuando perpetramos violencia hacia nuestra propia especie y hacia otras,
    somos violentos con nosotros mismos; y cuando sabemos cómo proteger a todos
    los seres, nos estamos protegiendo a nosotros mismos.
  • Permaneciendo optimista a pesar del riesgo de una inminente catástrofe: En
    la mitología griega, cuando Pandora abrió el regalo contenido en una caja,
    todos los males fueron liberados en el mundo. El único elemento que quedaba
    era la “esperanza”. Está claro que mantener el optimismo es esencial si
    queremos encontrar una forma de evitar el devastador cambio climático y los
    enormes trastornos sociales que resultarán de él. Sin embargo, poderosas
    fuerzas nos están empujando constantemente hacia el borde del precipicio.
    Hemos construido un sistema que no podemos controlar. Se nos impone y nos
    convertimos en sus esclavos y víctimas. Hemos creado una sociedad en la que
    los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres; y en la que estamos
    tan atrapados en nuestros propios problemas inmediatos que no podemos
    permitirnos el lujo de ser conscientes de lo que está pasando con el resto
    de la familia humana o con nuestro planeta Tierra. Es como un grupo de
    pollos en una jaula disputando por unas pocas semillas de grano, sin saber
    que en unas pocas horas todos serán asesinados.

Autor: Thich Nhat Hanh

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