Todos los caminos llevan a Roma. Uno de ello es la alimentación.

Así es que nuestro mes de septiembre es un mes de transición. Entramos en el otoño, este mes y el siguiente son los que nos permiten adaptarnos a los cambios de temperatura y de luz. La adaptación es la hermana mayor de la supervivencia. Esta palabra suena a condiciones extremas, pero en las condiciones de vida moderna, no es una ¡exageración!

Tenemos varias herramientas para adaptarnos y una muy valiosa es el ayuno intermitente. Quedarse en ayunas unas dieciséis o dieciocho horas desde la cena anterior, con infusiones de calidad no es difícil y aporta múltiples ventajas.

Para los que tienen dudas, el ayuno es una técnica que el humano ha usado desde la noche de los tiempos, voluntariamente o no. En tiempos remotos, el supermercado era la naturaleza misma.

Levantarse y correr detrás del desayuno era el pan cotidiano. Y al contrario de lo que se cree, el humano de aquellos tiempos gozaba de muy buena salud. No tenía más opciones, no había seguridad social… eran tiempos de andar o morir.

Otra lección que nos podría dar el lejano ancestro es el de la variabilidad alimentaria. Ya sabéis, estos tatarabuelos eran más listos que el hambre.

Comer era una necesidad, primero.  Y eso de los gustos pasaba al segundo plano. Querer fresas en otoño, ni lo soñaban, no cabía en sus pensamientos.

Se aprovechaban también de las verduras de raíces que crecen en esa temporada. Su dulce amargor y su carga mineral eran preciados aliados. .

Y que decir  de las frutas de temporada, las moras por ejemplo, que ofrecen sus valiosos antioxidantes para los ojos. Fíjense como estamos bien hechos y como podríamos funcionar en perfecta armonía con la naturaleza: estos antioxidantes ayudan al ojo a adaptarse a la visión nocturna. De nuevo, estamos en la supervivencia pero asistida!

Ordenar la alimentación es un buen paso para retomar el año escolar. Es importante también para los niños que están sufriendo las consecuencias de la dieta moderna.

¿Ayuda?

Nuestra nutricionista está para aconsejar.

Catherine Liegeois

eco@ecocentro.es